A medida que las vacaciones de verano se acercan lentamente a su fin, los cambios meteorológicos no son lo único para lo que las familias tienen que prepararse. Pasar de unas largas y relajantes vacaciones de verano a una rutina estricta en la que hay que levantarse temprano puede ser todo un reto, sobre todo para los niños. Para superar esta transición con facilidad, explora las siguientes estrategias e ideas:
Vuelta gradual a la rutina
Dormir bien es realmente importante para sentirnos con la energía suficiente para afrontar nuestros días de la mejor manera posible. Empezar a reajustar lentamente el horario de sueño ayuda a que se acostumbre el sistema nervioso y se reajuste "el reloj interior". La exposición temprana al sol acelera la liberación de melatonina, la hormona del sueño, ayudándonos a conciliar el sueño antes y a recalibrar nuestros patrones de sueño [1]. Pero no se trata sólo de despertarse más temprano, sino también de reinstaurar hábitos reconfortantes, como un desayuno saludable seguido de actividades relacionadas con la educación, como repasar las asignaturas del curso anterior. Como la vuelta al cole puede ser muy ajetreada, esta fase también es ideal para abordar responsabilidades no académicas, como revisiones médicas y otras citas. Al abordar estas tareas de forma proactiva antes de que empiecen de nuevo las clases, no hay nada más que ocupe la cabeza durante el periodo de adaptación.
¿Todo organizado?
Antes de que empiece el colegio es un buen momento para hacer una inventario. ¿Qué material hay, cuál hay que renovar y qué material nuevo puede ser necesario este curso? ¿Cómo está organizado el espacio de trabajo/estudio? ¿Está bien iluminado, tranquilo y libre de distracciones? ¿Tienen los niños ropa suficiente para los cambios de estación? ¿Hay actividades extraescolares o nuevas aficiones previstas para este año? ¿Se necesita algo para ello? Lo mejor es hacerlo antes de que empiece el colegio y juntos en familia. Una lista de control en la que podáis trabajar juntos es una bonita manera de incluir a los niños y darles una sensación de que todo está controlado.
Tiempo en familia / espacios seguros
Desgraciadamente, la escuela no sólo resulta emocionante, sino que también puede hacer que los niños se sientan inquietos. Dedique un tiempo a hablar abiertamente de las expectativas para el nuevo curso escolar, los cambios que puedan producirse, las preocupaciones o miedos que puedan tener los niños y anímeles a expresar sus sentimientos mostrándose comprensivo y dispuesto a escucharlos. Tómese en serio sus preocupaciones y enséñeles a hablar desde el principio sobre sus sentimientos. Mientras la agenda aún no esté tan llena, pase tiempo de calidad con toda la familia e intente crear un ambiente en el que los niños también se sientan seguros y felices de volver a casa.
Si se tienen en cuenta todos estos factores, no habrá mucho más de lo que preocuparse. Sin embargo, este tipo de transiciones no siempre son fáciles para los niños. Sé paciente y haz que disfruten de los últimos días de vacaciones¡
Autor: Devin Bayer